22.7.09

Pedagogía Hospitalaria.

La profesión del pedagogo social requiere de constantes actualizaciones, ya que como toda ciencia la Pedagogía Social evoluciona al ritmo de los cambios. Por eso, es menester ubicarla en otros usos y no encasillarla en determinada utilización o emplearla para tal o cual demanda específica antes catalogada dentro de las posibles inserciones que pueda tener esta ciencia.
La propuesta ahora planteada delimita al pedagogo social dentro otros sectores institucionales que también demandan su asistencia como el del sector de la salud. Corrientemente vemos que en los hospitales –sean de adultos mayores, pediátricos o generales- los pacientes internados así como sus familiares aparecen como si estuvieran depositados y que los profesionales solo se limitan a tratar el cuerpo, la psiquis pero no el alma mas allá que los afectados sean religiosos o no. Esta claro que las orientaciones de los profesionales posean sus debidas especificaciones, sin embargo el tratamiento de un paciente y su grupo familiar requiere que sea de tipo holístico para obtener mejores resultados, aunque no sea posible el llegar a una cura efectiva. Por eso es necesaria la contención del enfermo y familia aparte de la debida asistencia psicológica y del soporte de grupos de autoayuda que son imprescindibles.
Lo que se propone es que toda institución de salud cuente con un equipo de profesionales más completo aparte de los que ya cumplen con los roles tradicionales: entonces de esta manera será posible insertar al pedagogo social dentro del ámbito de la salud a la vez que brinde un servicio a la comunidad que es el objetivo primordial de nuestra profesión. El pedagogo social puede también brindar contención una contención adecuada y de esta forma tratar el “alma” del paciente y de sus seres queridos, revalorizándolos como personas con sentimientos sin que sean excluidos debido a sus padecimientos y afecciones para evitar que sean olvidados por el resto de la sociedad. La tarea de este tratamiento integral requiere que se realicen actividades que los ayuden a sentirse incluidos, necesarios, que a través de estas labores puedan afrontar la situación penosa por la que están pasando para mejorar su calidad de vida.
Es de conocimiento público, que existen muchos pedagogos sociales trabajando en proyectos vinculados con la atención sanitaria, sin embargo no revisten un carácter continuo, es decir se desarrollan contadas veces en el año por medio de ciertas organizaciones; como si el pedagogo social debiera ser un mero voluntario de acuerdo a la oportunidad más que un profesional en constante ejercicio.
Por otra parte, nos encontramos con el obstáculo de que en este sector existe poca oferta de capacitación para brindar tal servicio. Se debe estar bien preparado para ofrecer actividades variadas y útiles a la comunidad.
En definitiva, la inserción de la labor de la Pedagogía Social en el ámbito de la salud podrá concretarse efectivamente cuando se acepte su empleabilidad en este sector y se venzan los obstáculos que ponen las carencias de perfeccionamiento profesional.