22.7.09

Obesidad en niños y adolescentes: cuestiones a tener en claro.



Aunque los medios de comunicación nos bombardeen con mensajes sobre la buena alimentación y el hacer vida sana, el problema de la obesidad toma matices alarmantes, en tanto que expertos a nivel mundial llegan a considerarla como una especie de pandemia. Ciertamente hay quienes acusan que la enfermedad de la obesidad es solo un problema de los países desarrollados donde existe una verdadera cultura hacia la comida chatarra a la que la población posee fácil acceso dado su gran poder adquisitivo y que los países más pobres deben lidiar solamente con la desnutrición y sus consecuencias. En realidad no hay nada más erróneo que esta creencia pues tanto los países ricos como los menos desarrollados también enfrentan cuestiones similares. En el caso de la Argentina, día a día vemos como nuestros chicos ingieren alimentos, cuyos compuestos son altamente perjudiciales para la salud a pesar de estar camuflados como ingredientes nutritivos y sanos (ingerir leticina de soja por ejemplo, equivale tomarse pastillas anticonceptivas en cierta medida, el comer productos de pollo envasado muy seguido incrementa la ingesta de conservantes tóxicos para el organismo además de las hormonas que se aplican a este tipo de carne para engrosar su volumen). En las clases más populares, el consumo de productos derivados de la harina (pastas, pan, galletitas) para conferir sensación de saciedad es muy importante, llegando a ser ingeridos prácticamente todos los días, lo que ocasiona problemas de peso entre sus consumidores y es así como nos encontramos con personas obesas que creemos que se encuentran bastante bien alimentadas -dado nuestros prejuicios sociales- y en verdad están desnutridas, son los llamados “gordos sociales”. En ese caso no solo tienen un problema de obesidad sino a la vez un problema de mal nutrición y ello afecta tanto a chicos como mayores.
En el caso de los niños y adolescentes los problemas pasan a mayores porque se entiende que se encuentran en etapas de desarrollo clave de su vida. Una mala alimentación disminuye el rendimiento físico y mental de una persona así como la inmunidad frente a las enfermedades (no es de menospreciar que las víctimas fatales de esta última epidemia de gripe A son en su mayoría gente joven) e inclusive para añadir más información sobre el tema una mala nutrición conduce a problemas de infertilidad tarde o temprano, dado a que es preponderante la función de las vitaminas y minerales que provienen de alimentos naturales en nuestro cuerpo.
Numerosas son las campañas en contra de enfermedades mediáticas como la bulimia y anorexia, vigorexia entre los jóvenes y los no tan jóvenes al contrario de lo que sucede con la obesidad y la desnutrición que para muchos sigue siendo un flagelo silencioso.